Un ansiado retorno. {Reggie}

por **Niki Cullen** Vie Dic 10, 2010 10:24 am

Sí, me sentía bien, mejor que nunca, en mi verdadera casa.

Una tímida sonrisa miedosa de ser descubierta se escapaba ante tremenda satisfacción. Sentada allí, sobre las bruscas raíces de un majestuosos árbol milenario me dedique una tarde de tranquilidad y recuerdos.

Durante las vacaciones me era imposible no pensar en Hogwarts y todo lo que dejaba atrás, era tiempo de reflexionar todo lo sucedido antaño, ese periodo vacacional era el punto de partida de una nueva vida la cual sin duda iba a estar llena de cambios. Regresaba al colegio con más fuerza que nunca y con la mentalidad cambiada por completo.

Aya, Elisa ... a ellas si que no los podía cambiar, eran partes indefinidas e indestructible dentro de mi vida, y perder a alguno de ellos seria devastador. Ariel. No lo había olvidado, realmente creo que nunca lo haría pero el tiempo me dio resignación y templanza para poder sobrellevar su muerte.

Me levante y comencé a caminar con paso sosegado entre la espesura, pensé en cazar pero deseché la idea recordando que por estos lugares la fauna era repugnante. Miré por todos sitios, y al hacer esto lo único que podía hacer es sonreír. Este lugar que tenebroso que a algunos ni siquiera pensaban en el por temor, a mí me daba la paz y tranquilidad que buscaba. Los sonidos guturales de los animales que asustarían a cualquiera a mí me sonaban a música celestial.

Veamos si sigo en forma -pensé preparándome para correr al máximo-. Comencé mi carrera en dirección al norte pero poco después desvié el rumbo para volver el sentido contrario. Saltaba de árbol en árbol esquivaba la maleza que me impedía seguir por lo tanto sí, seguía en plena forma física.

De repente choqué bruscamente contra algo, que pronto pude descubrir que era alguien. Era vampiro no me cabía duda porque de lo contrario lo habría olido y sus ojos rojo escarlata lo confirmaban aún más. Era alto y corpulento y a juzgar por su postura arrogante no me cabía duda que era de mi misma casa. No pude evitar sonreirle con autosuficiencia y dirigirle por primera vez la palabra.

- ¿No miras por donde vas? -Le dije mientras daba una vuelta a su alrededor para intentar descubrir más de ese extraño.