Regreso (Hermione)

*Y aquí estaba yo. Mucho tiempo después. Hogwatrs estaba como siempre, parecía que no había pasado el tiempo. Recordaba como si fuera ayer cuando estudiaba aquí, las tardes en el lago con Xeno. Los besos a hurtadillas. Las peleas en las que me metía con mis primos por defenderle. A él, al que llamaban el Loco del colegio. Y ahora... tanto tiempo después... volvía a Hogwatrs. A este colegio... donde ahora estaría estudiando mi pequeña Luna. Mi Luna. ¡Por dios como añoraba a Luna y a Xeno! Pero... era un peligro para ellos, era un vampiro, vale que me alimentase de sangre animal, pero aun así seguía siendo un peligro si me descontrolaba. Pero con la que estaba cayendo entre los magos con los mortífagos tan fuertes y con los Vulturis apoyándoles... tenía que volver. Y había vuelto, dispuesta a defender a mi familia. A costa de lo que fuera. Me senté en uno de los árboles cercanos al lago y me quedé mirando el castillo con mis ojos dorados.*

Estaba relajándome tranquila bajo un árbol. El día era nuboso pero no me importaba, siempre era un buen momento para leer y despejar la mente y demás.
El libro que estaba leyendo era Rastro estaba encandilada y enfrascada en cada palabre de cada página.
Los muggles también tienen magia.-pensé con una sonrisa.
Guardé el libro y me puse a caminar la orilla del lago.
Contemplando mi reflejo en él. Me puse bien un mechón de pelo y sonreí a mi reflejo.
Escuché unas pisadas. Eran de una mujer muy hermosa que parecía estar triste.
Me acerqué y la saludé.

*Me llenaba de ansiedad el estar aquí ¿Y si no me controlo y acabo atacando a mi hija? No, ¡ relájate Marina! Eso no va a pasar. No va a pasar. Arrugué el ceño al ver el ejemplar del Quisquilloso que había estado leyendo de camino a Hogwatrs. ¡¡Este hombre!! Xeno estaba loco si se ponía a escribir esto. Era como si se pusiera un letrero en la cabeza diciendo "Soy Disidente con el régimen de terror de Voldemort, maténeme" Guardé la revista en mi bolsa de viaje. Y eché a andar por el borde del lago, intentando desterrar ese sentimiento de ansiedad y de preocupación... y al final solo quedó la tristeza. La tristeza de no saber cómo afrontar esto. La tristeza de no saber cómo iban a reaccionar. Y entonces una linda joven me sonrió y me saludó. Debía de ser una estudiante.*
-Hola... ¿Hace un bello día, verdad?
*Me fijé en que llevaba un libro en las manos. Sonreí al recordar que yo también solía hacer eso.*
-¿De qué trata el libro?

Miré a la señora.
-Bueno parece que va a llover...pero me gusta la lluvia y el libro que leo es muggle no creo que lo conozca...usted es bruja no? que es una nueva profesora?-dije curiosa.
La miré era muy guapa y tenia ojos dorados y la piel blanca...
Espera es una vampira. Saqué la varita.
-Depulso!!
Grité.
No me fiiaba de esos seres la verdad.

*Salí volando cuando me atacó. Maldita sea, ella no habrá visto muchos vampiros en su vida, porque si no, habría notado que mis ojos son dorados, y no rojos. Es decir, que yo había elegido no beber sangre humana. En pleno vuelo eché mano de mi varita, que la tenía detrás de la oreja. Y a golpe de varita me descendí.*
-¡¡Joder que manera de tratar a una científica!!
*Dije indignada. No me había tirado tantos años para obtener la poción matalabos para que ahora una estudiante de Hogwatrs me corriese por el lago a ostias solo porque tuve la mala suerte de que me transformaran en vampira.*
-Joven, ¡para su información, los vampiros con ojos rojos son el peligro, los vegetarianos no lo somos!
*Dije algo mosqueada, no me gustaba que me mandasen a volar.*